Entrega final: Sangre, sudor y gloria

¡Hola a todos de nuevo!

Con esta entrada cerramos oficialmente el seguimiento al módulo 2 de este semestre. Esta semana fue especial: llegamos a la esperada entrega final, y por primera vez en mucho tiempo, el proceso fluyó sin mayores contratiempos… bueno, salvo por uno en particular que mencionaré más adelante. A pesar de todo, fue reconfortante poder tomar una pausa después del nivel de desgaste físico y mental que nos dejó este último tramo.

En lo personal, este cierre fue una experiencia de lo más intensa. Todo marchaba bien hasta que mi computador decidió, en el peor momento posible, confabular en mi contra. Nunca antes había tenido problemas con Photoshop ni con PTS2, pero bastó que necesitara ambos para los últimos ajustes de la entrega para que empezaran los errores técnicos.

Mi objetivo era dejar todos los perfiles urbanos que estaba trabajando dentro de un solo archivo de Photoshop, para mantener una línea gráfica unificada y facilitar la organización. Pero, claro, eso hizo que el archivo se volviera muy pesado y difícil de comprimir, lo que empezó a generar conflictos de rendimiento. Mientras que Photoshop aún respondía (aunque con lentitud), PTS2 directamente colapsaba, arrojando errores de “memoria insuficiente”. Lo frustrante era que, al revisar el sistema, sí tenía memoria disponible, lo que me hizo perder valioso tiempo intentando entender cuál era el verdadero problema.

 
 

Después de horas de prueba y error (y una maratón de videos tutoriales en portugués que jamás pensé que iba a terminar entendiendo), logré encontrar la solución: redirigir el directorio de almacenamiento temporal de los archivos desde el disco principal hacia el disco secundario, que tenía más espacio disponible. Con eso, logré que PTS2 volviera a funcionar… por unos minutos. El nuevo problema fue que, por alguna razón, Photoshop empezó a alterar automáticamente la saturación de los colores, lo que volvía inviable seguir trabajando entre ambos programas.

Finalmente tomé la decisión de trabajar exclusivamente con Photoshop, dada la mayor estabilidad del programa y la compatibilidad con los recursos que estaba utilizando. Gracias a eso logré terminar los 8 perfiles urbanos y los 2 esquemas representativos del espacio público que, en mi opinión, lograron transmitir con claridad y sensibilidad las ideas que queríamos destacar del lugar intervenido. Si bien estos recursos aún se entienden como una aproximación al diseño definitivo, quedé muy satisfecho con el resultado, tanto desde el punto de vista técnico como conceptual.

           

Esta última semana fue una verdadera carrera contra el tiempo, marcada por desafíos inesperados, pero también por aprendizajes importantes. Cierro este módulo sintiéndome orgulloso del trabajo que logramos como equipo, del crecimiento personal en términos de resiliencia y manejo técnico, y, por qué no decirlo, del hecho de haber sobrevivido al semestre sin que mi computador explotara en el intento.

Decidimos plotear el mismo lunes en la mañana, para esto la Carla se ofreció a ir temprano a plotear a la facultad, y para el bien de todos, salió super bien, el problema vino cuando quedaban 10 minutos para entregar y la Vale y la Pau aún no llegaban, nos pusimos nerviosos más que nada por la Vale, ya que ella tenía que traer la maqueta y ya teníamos todo colgado, siendo la maqueta lo único que faltaba. Por suerte llegó a tiempo y tuve que correr por la facultad buscando hilo para darle los toques finales a la maqueta, logré conseguir y pudimos terminar justo justo a tiempo nuestra entrega.

Volvimos al lugar de la entrega alrededor de las 13:30 hrs., ya con menos tensión en el cuerpo, para descolgar nuestras láminas y asistir a la reunión final del módulo, en la cual se nos comunicarían nuestras evaluaciones. El ambiente estaba cargado de nerviosismo, especialmente cuando empezamos a escuchar las primeras calificaciones del grupo, algunas de las cuales eran más bajas de lo esperado. En ese momento, no pude evitar pensar que, quizás, la exigencia había subido drásticamente por algún motivo que desconocíamos.

Para nuestra grata sorpresa, recibimos un 6,4. Una nota que, sinceramente, sentimos más que merecida luego del inmenso esfuerzo colectivo y personal invertido en esta entrega. Más allá del número, fue una validación al proceso completo, a las decisiones que tomamos, a las correcciones que supimos acoger a tiempo, y al compromiso que mantuvimos durante todo el módulo.

Pudimos finalmente irnos a descansar, satisfechos por la nota, más no por otros motivos que realmente ya no vale la pena mencionar porque no va al caso. una de las mayores alegrías personales fue que el profesor destacara especialmente los perfiles urbanos que realicé. Fue muy gratificante escucharlo valorar algo en lo que puse tanto empeño, no solo en términos técnicos, sino también desde lo gráfico y expresivo. Trabajé con especial cuidado en que esos perfiles fueran reflejo claro de nuestras intenciones de diseño, que mostraran con claridad cómo se articulaba el espacio público y cuál era la esencia de nuestra intervención urbana. Saber que eso se entendió y valoró como parte esencial del trabajo fue, sin duda, una gran recompensa, ya que era, en esencia, la representación más fidedigna de nuestras intenciones de diseño llevadas a propuesta.

Con eso, cerramos el módulo 2. Cansados, pero satisfechos. Agotados, pero fortalecidos. Y lo más importante: conscientes de que, a pesar de todo, estamos avanzando hacia una arquitectura que no solo diseña espacios, sino también los habita, los escucha y los transforma. 

Llegando al final de este proceso, no puedo evitar sentirme realmente satisfecho con el resultado de nuestra entrega, pero más aún, con la forma en que logramos consolidarnos como grupo. A diferencia de entregas anteriores, donde la organización quizás fue un punto débil, esta vez supimos coordinarnos de manera eficiente, repartir tareas según nuestras fortalezas y apoyarnos mutuamente en los momentos más intensos. Eso, para mí, es tan valioso como el producto final, porque refleja un aprendizaje que va más allá del plano académico: es una muestra de crecimiento colectivo.

Cada uno de nosotros pudo destacar en su área, aportar con lo mejor de sí y comprometerse con el trabajo de principio a fin. Y aunque hubo momentos de estrés, incertidumbre y cansancio (como es normal en este tipo de procesos), también hubo cooperación, confianza y una clara evolución en nuestra capacidad de respuesta. Siento que como equipo hemos aprendido a adaptarnos y avanzar con mayor madurez, lo cual, sin duda, será un pilar fundamental para lo que viene.

Ahora comenzamos una nueva etapa, esta vez más enfocada en el desarrollo individual, pero no tengo dudas de que podremos mantener el mismo ritmo, constancia y energía con la que enfrentamos todo este semestre. Hemos construido una buena base y, desde ahí, toca seguir creciendo como estudiantes, proyectistas y futuros arquitectos.

Sin mucho más que agregar, me despido alegre y agradecido por todo lo que implicó este módulo.

¡Adiós y hasta la próxima! ✌️✌️