Evaluación formativa

 

    


¡Hola a todos de nuevo! Ayer tuvimos la jornada de evaluación formativa previa a la entrega. La verdad, no tuve mucho tiempo para desarrollar una propuesta más elaborada por razones personales, pero intenté organizar los espacios de la manera más clara posible. En mi proyecto, incluí seis viviendas de dos pisos ubicadas al fondo del terreno, destinadas a familias agricultoras. Esto se debe a que pensé en una progresión donde los espacios más privados están hacia el fondo.

El segundo piso cuenta con una terraza común que sirve como punto de encuentro y estancia, aprovechando las vistas hacia el estero y el campo. Esta vez, configuré el proyecto en torno a un gran patio central como el foco de encuentros, distribuyendo las funciones en áreas residenciales, productivas y públicas. Opté por mantener las diagonales y decidí resolver la división de espacios con una pantalla arbolada, que también proporciona privacidad a las viviendas.

En la corrección, se me sugirió profundizar en cómo integrar estos espacios con un enfoque colaborativo. Parecía que, además del patio central, las actividades estaban demasiado segmentadas, lo que afectaba la cohesión del proyecto. Así que mi tarea ahora es encontrar una forma de conectar esos espacios y cómo integrarlos en la experiencia del usuario, que es quien realmente habitará este proyecto.

A partir de eso, empecé a diseñar algunas ideas sobre el tipo de uso que podría tener mi espacio, buscando definir una opción para presentarla en la evaluación. 





Creo que esta corrección fue clave para entender mejor cómo integrar los aspectos agrícolas, colaborativos y funcionales del proyecto de manera que trabajen en conjunto de forma armoniosa. Al reflexionar sobre las observaciones recibidas, me di cuenta de que cada uno de estos elementos no solo tiene su propia importancia, sino que también deben interactuar y complementarse para crear un entorno cohesivo. La idea es no solo pensar en las viviendas y sus funciones individuales, sino también en cómo estas pueden fomentar una comunidad activa y colaborativa.

Además, es fundamental considerar cómo los espacios agrícolas pueden integrarse de manera fluida con las áreas residenciales y públicas, promoviendo así un estilo de vida que valore tanto la producción como la convivencia. Este enfoque permitirá que los habitantes no solo utilicen los espacios de manera eficiente, sino que también participen en actividades que fortalezcan los lazos comunitarios.


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