Evaluación formativa y "algunos cambios"


Hola a todos nuevamente. Esta vez nos encontramos transitando, sin duda, por la semana más exigente y caótica del semestre. La intensidad del cierre de módulo se hizo sentir con fuerza, especialmente por los cambios inesperados que surgieron a pocos días de la entrega final.

El día lunes partimos bien: durante la corrección, el profesor revisó nuestros avances y nos entregó observaciones puntuales para mejorar ciertos aspectos de nuestras láminas, principalmente ajustes menores en esquemas y cortes. Además, validó parte importante del trabajo realizado, lo que nos dio cierta tranquilidad y nos hizo sentir que estábamos avanzando dentro de los márgenes correctos.

Sin embargo, todo cambió radicalmente el jueves. Llegamos a clase con las modificaciones realizadas y listos para encarar la recta final, pero la retroalimentación fue completamente distinta. Lo que se nos había dicho que estaba bien, como los perfiles urbanos, ahora debía cambiarse por completo. Esta situación nos dejó completamente descolocados, no solo por la contradicción en los criterios, sino porque genera una sensación de inestabilidad e inseguridad en el proceso de trabajo.

Además de esto, se nos exigió de forma repentina una maqueta de mayor escala que incluyera el diseño urbano proyectado y que, además, la lámina ya no se limitaría al modelo de intenciones, sino que debía comenzar a representar directamente el diseño final urbano. Esta información llegó apenas tres días antes de la entrega, sin haber sido comunicada anteriormente, lo que nos obligó a reajustar toda nuestra planificación de trabajo.

Personalmente, sentí que este cambio repentino fue como recibir una patada en el estómago. No solo por el estrés que implica reorganizar todo en tan poco tiempo, sino porque previamente habíamos consultado si podíamos avanzar más allá, y se nos dijo que estábamos bien. Esta falta de coherencia entre lo que se indica y lo que se espera es frustrante, y honestamente creo que afecta la confianza en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Un punto que me dejó especialmente confundido fue que el profesor utilizó nuestros perfiles como ejemplo para el resto del curso, destacándolos como referencia, pero luego, en la evaluación formativa, nos indicó que esos mismos perfiles estaban mal y debían rehacerse completamente. Ese tipo de contradicciones generan un desgaste mental innecesario, sobre todo en una semana ya suficientemente exigente.






Durante el resto de la semana nos abocamos a avanzar con todo lo que teníamos pendiente. En cuanto a la maqueta, las chicas se encargaron de trabajar el terreno, mientras que yo asumí la tarea —honestamente tediosa— de realizar las viviendas en cartón pluma. El problema fue que, justo cuando ya teníamos gran parte del trabajo avanzado, se nos dijo que la escala debía ser mayor. Esto implicó tener que rehacer gran parte de la maqueta, lo cual fue especialmente frustrante dado que ni siquiera estaba contemplada como un requisito explícito en la rúbrica inicial.



Finalmente, decidimos repartir las tareas estratégicamente para poder abarcar todo: La Vale se encargaría de rehacer la maqueta en la nueva escala, la Carla y la Pau asumirían el diseño gráfico de algunas láminas y la elaboración de croquis y esquemas, dado que el contenido textual ya estaba bien encaminado. Por mi parte, me ofrecí a rehacer todos los perfiles urbanos, asegurándome de que todos mantuvieran un lenguaje gráfico coherente, además de elaborar esquemas representativos del uso del espacio público proyectado.

A pesar del desgaste físico y emocional, y de lo intempestivo de los cambios, logramos organizarnos como equipo y seguir avanzando. Esta semana nos recordó que en arquitectura, muchas veces, además del diseño, se pone a prueba nuestra capacidad de adaptación y gestión bajo presión.

Como bonus adjunto este meme que me pareció chistoso y representativo:

Eso sería todo por esta semana, ya veremos como nos va con la entrega, adiooos. ✌️✌️



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